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lunes, 27 de marzo de 2017
lunes, 13 de marzo de 2017
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Andar na procura dun nome
para o corazón,
se só parece haber pel?
Latexar Sol,
aloumiñar a voz propria do peito.
para o corazón,
se só parece haber pel?
Latexar Sol,
aloumiñar a voz propria do peito.
viernes, 10 de marzo de 2017
Auga
De novo xunto a auga. Sempre a auga, a apaciguar a sede dos
labios, a refrescar o peito que camiña. O máxico elemento de incomprensibel
alquimia que me facía tolear de neno na escola: dous átomos de hidróxeno e un
de osíxeno... ar máis ar: a líquido? Unha alucinante combinación que fuxe entre
os dedos da man, transparente, sen cor, sen sabor (bo, a dicir verdade, a min sábeme moi boa), sen olor (aínda que eu creo que cheira moi ben)... e
iso sí, con capacidade de falar e mesmo de facer música: música de chuvia,
música de ondas de mar, musica de impetuoso rio, música de fervenza... música
subtil de bágoa petando no chan.
Escoitando a linguaxe harmónica da auga, a súa voz colle
protagonismo pleno a silenzar o eco inneccesario da estupidez humana, a de
todos, a de todas, a miña propria.
Deitome á beira da auga, mollo a miña boca, fixo a miña
ollada nun ponto da corrente, escoito con atención, acollo a caricia dos
derradeiros raios solares na miña face,
e o tempo paralísase.
Bum-bum, bum-bum, bum-bum... percebo o tacto dos meus
latexos. Vexo ocultarse o Sol tras a montaña. Sae unha lúa case que chea a se
reflectir na auga.
Agua
De nuevo junto al agua. Siempre el agua, apaciguando la sed
de los labios, refrescando al pecho que camina. El mágico elemento de incomprensible
alquimia, que me hacía fantasear de niño en la escuela: dos átomos de hidrógeno
y uno de oxigeno... ¿aire más aire: a líquido? Una alucinante combinación que
huye entre los dedos de la mano, transparente, sin color, sin sabor (bueno, a
decir verdad, a mí me sabe muy buena), sin olor (aunque yo diría que huele
bien)... y eso sí, con capacidad de hablar e incluso de hacer música: música de
lluvia, música del oleaje en la mar, música de impetuoso río, música de
cascada... música sutil de lágrima impactando sobre el suelo.
Al escuchar el lenguaje armónico del agua, su voz coge
protagonismo pleno, silenciando al eco innecesario de la estupidez humana, la de
todos, la de todas, la mía propia.
Me tumbo en la orilla de la corriente, mojo mi boca, acojo la
caricia de los últimos rayos solares en mi cara, y el tiempo se paraliza.
Bum-bum, bum-bum, bum-bum...percibo el tacto de mis latidos.
Veo ocultarse el Sol tras la montaña. Sale la luna casi llena que se refleja en el agua.
domingo, 5 de marzo de 2017
Reforestación en Sierra de Gata
Hace 2 años, en el verano de 2015, tuvo lugar una auténtica
catástrofe medioambiental en la hermosa comarca de Sierra de Gata
( norte de Extremadura). Unas 8.000 hectáreas de bosque fueron devastadas por el fuego. Dicho acontecimiento, tuvo una
repercusión mediática importante tanto dentro como fuera de Extremadura.
Un grupo de personas de la zona, se han puesto manos a la obra
y están realizando trabajos de reforestación. A ellas, se les han sumado
colaboradoras y colaboradores de diversos lugares, incluso del extranjero. La
empresa es faraónica y es obvia la necesidad de una intervención eficaz y a gran escala, desde los estamentos
públicos.
Este fin de semana, había una convocatoria para plantar
arbolitos en una zona arrasada del término municipal de Acebo/Aḍebu... y allí
nos plantamos, desde la comarca de La Vera, Alfon, Elba y yo. El sábado por la tarde, aprovechamos para
visitar la aldea de Treveju/Trevejo con su espectacular castillo en
ruinas y sus bosques de roble y castaño... afortunadamente libres de las llamas
del 2015. También visitamos Sa Martín de Trevellu donde pudimos conocer la
bodega de un amigo y escuchar la ancestral fala de Xálima.
El domingo, a pesar de que había cierta amenaza de lluvia y
nieve, nos permitió realizar nuestro trabajo con apenas una ligera niebla, que
eso sí, dejaba el terreno y nuestros pies empapados. Y allí estuvimos unas
horas, plantando robles y alcornoques junto con Maria, su hija, Yosuán y Chuchi.
Todo un honor.
sábado, 4 de marzo de 2017
De nuevo en Marruecos
Pasan las semanas y aún no he hablado de
nuestro último viaje a Marruecos. De
hoy no pasa.
Qué decir? Todo un lujo, un auténtico
privilegio haber podido compartir unos días con espacios naturales y humanos
únicos e inolvidables: las montañas nevadas del Atlas, el valle de Ourika con
sus aldeas, Ouarzazate, Agdz, el inmenso palmeral del Valle del Draa, las
llanuras semidesérticas rodeadas de montañas de atardeceres naranjas, las
Kasbash de N'kob, los grabados rupestres de Tazzarine con imágenes de animales
de abundante vegetación (jirafas, elefantes, felinos...) de tiempos
relativamente remotos, las dunas, las pistas de esquí cercanas a Marrakech llenas de contrastes,
los niños vendiendo nueces o ardillas... y sobre todo, el grato recuerdo de
personas amables, sencillas, auténticas, dignas, respetables, humanas y de
trato exquisito en muchas ocasiones. Trato, que contrasta con las reacciones xenófoboides (existe el término?) hacia todo lo que representa lo marroquí, que percibo con
frecuencia al otro lado del Estrecho. Unas sutiles, o no tan sutiles, reacciones llenas de tópicos, prejuicios e incluso desprecios. Todo hay que decirlo!
Gracias.
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